Los sistemas de aislamiento térmico por el exterior reducen al menos un 30% el consumo energético
Propamsa impulsa la rehabilitación energética de los edificios con soluciones de aislamiento térmico por el exterior (SATE) y con la tramitación y gestión de las ayudas públicas para facilitar el trabajo a arquitectos, proyectistas o empresas de construcción y rehabilitación, según ha explicado en una jornada sobre rehabilitación y sostenibilidad en el sector inmobiliario y de la construcción.
La compañía, que ha conseguido un acuerdo con un proveedor externo para realizar la tramitación y el cobro de las ayudas gestionadas por el IDAE – el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía-, responde así a un contexto de oportunidad en el que la Administración Pública aboga por mejorar la eficiencia del parque inmobiliario, teniendo en cuenta que los edificios son responsables de más de un tercio de las emisiones contaminantes de las grandes ciudades.
Precisamente, las ayudas del IDAE, que proceden del Plan Estatal de Vivienda 2018-2021, prorrogado hasta 2022 por la crisis de la Covid-19, son solo una parte de las subvenciones que llegarán con el objetivo de reducir los derroches innecesarios de energía que sufren un 99% de las viviendas.
A ellas se suman los cerca de 6.000 millones de euros contemplados en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Economía Española, enmarcado en los fondos de ayuda europeos, que subvencionará entre un 35 y un 100% del coste total de las obras de rehabilitaciónde los edificios. En concreto, este plan contempla la mejora de su aislamiento térmico con soluciones como los sistemas de aislamiento térmico por el exterior, que reducen al menos un 30% el consumo energético, reduciendo al menos un tercio de sus emisiones contaminantes a la atmósfera.
Y es que sistemas SATE como el Aisterm de Propamsa se encargan de abrigar el edificio por el exterior con una piel aislante e impermeable, que lo protegen del frío y del calor y actúan frente a otros agentes naturales como la lluvia. De esta forma, se acaba con los derroches energéticos al impedir los cambios drásticos de temperatura en el interior de las viviendas tanto en invierno como en verano y también se reducen las condensaciones y humedades que aparecen.
Asimismo, al ser una instalación que se realiza por el exterior de la vivienda, no reduce espacio interior -que con los sistemas tradicionales se ve afectado- por lo que se puede permanecer en ella durante su instalación. Asimismo, este tipo de sistemas que aumentan el confort y la calidad de vida en casa, también mejoran y modernizan la imagen de los edificios e incluso pueden revalorizarlos más de un 20%, según datos de Andimac, la patronal de la reforma.
No obstante, además del SATE y la gestión de ayudas públicas, Propamsa también ofrece la garantía de que sus sistemas están avalados por sus correspondientes certificados ETE y DIT. Además, la compañía ofrece un servicio de asesoramiento previo en el desarrollo de proyectos y asistencia técnica en obra que le permiten garantizar un óptimo resultado final a la comunidad profesional encargada de la ejecución y desarrollo de estas obras.
Según Celia Pérez, Directora General de Propamsa, “el sector de la construcción y la sociedad en general debemos aprovechar el actual y beneficioso contexto a favor de la imprescindible y necesaria rehabilitación energética de nuestro parque inmobiliario -donde la mayoría de viviendas tiene más de 40 años, no se ajusta a los nuevos estándares que marca el código técnico de la edificación y propicia auténticos derroches de energía-, que se traducirá sobre todo en términos de sostenibilidad, confort en el interior de nuestros hogares y ahorro en nuestras facturas”.