Se ha hablado mucho acerca de los fondos Next Generation de la Unión Europea, pero… ¿sabemos cómo funcionan, quiénes los pueden solicitar y cuáles son sus efectos? En el editorial de hoy vamos a hacer una breve aproximación para dar respuestas a estas cuestiones.
Con el objetivo de amortiguar el impacto económico y social derivado de la crisis del coronavirus y hacer que las economías y sociedades europeas sean más sostenibles y resilientes, la Unión Europea acordó un plan de recuperación para impulsar la transformación y modernización de los Estados miembro, así como sentar las bases para una Europa más verde y digital, también en el sector de la construcción.
Actualmente, los fondos ya se están haciendo efectivos para apoyar las prioridades de inversión y reforma, pues cabe recordar que el 90% de las viviendas españolas están construidas antes de la entrada en vigor del Código Técnico de Edificación (CTE), y el 60%, antes de que existiera ninguna normativa de eficiencia energética. Y aunque dichos fondos están destinados a particulares, autónomos y empresas, los principales beneficiarios de los fondos europeos son los propietarios y las comunidades de vecinos que conforman el parque de viviendas español.
Estamos ante una oportunidad única: fuentes estiman que esta ola de renovaciones promovidas por Europa genere más de 180.000 empleos en el sector. Además, dicha inyección será clave para mejorar nuestra calidad de vida y para alcanzar los niveles de ahorro energético requeridos por Europa. Los fondos europeos jugarán un papel esencial y, que no quepa duda, la transición hacia un modelo sostenible también impulsará el desarrollo de la construcción industrializada, un futuro que ya es presente.