El proyecto, llamado TOVA, se encuentra en los Valldaura Labs del IAAC y es la primera construcción de España realizada con una impresora 3D para la edificación
El Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC) ha presentado el primer edificio de España realizado con barro y una impresora 3D, un proyecto que fusiona la arquitectura del pasado con el futuro de la tecnología de impresión 3D para hacer frente a la crisis climática y desarrollado en el marco del Posgrado de Investigación 3dPA del IAAC.
El prototipo, construido en las instalaciones de Valldaura Labs (Barcelona), ha sido diseñado con métodos constructivos sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, ya que se emplearon solo materiales de kilómetro cero y una grúa WASP, es decir una impresora 3D arquitectónica.
Materiales de kilómetro cero y sin residuos
La estructura del edificio fue realizada con barro local mezclado con aditivos y enzimas para conseguir la integridad estructural y la elasticidad del material necesarias para la impresión 3D optimizada.
Además, el diseño del edificio tiene en cuenta las condiciones climáticas del Mediterráneo, ya que el volumen ”es compacto para protegerse del frío en invierno”, pero ”se puede abrir y expandir durante las otras tres estaciones del año” para disfrutar del exterior.
Para mejorar la eficiencia energética, los muros están formados por una red de cavidades que aíslan y permiten contener el aire, de modo que se evitan pérdidas de calor en invierno, mientras que en verano protegen de la radiación solar. Este edificio presenta una huella de carbono “cercana a cero” ya que su envolvente térmica y el uso exclusivo de material local se traduce en la reducción del impacto ambiental de la construcción, sobre todo teniendo en cuenta que “los métodos constructivos actuales son responsables del 36 % de las emisiones de CO2”, aseguran.
A través de este proyecto, el IAAC trata de responder a la emergencia climática y a las crisis migratorias mediante nuevas soluciones que contribuyan a paliar la crisis global de vivienda ”que habrá que afrontar en el futuro debido a las emergencias humanitarias o desastres naturales”.
Las posibles aplicaciones de este modelo de construcción son infinitas: desde viviendas hasta espacios públicos, tanto en interiores como en exteriores. En combinación con otros sistemas constructivos, puede dar lugar a edificaciones complejas e innovadoras que reducirían el impacto ambiental de la construcción.