Mireia Font Martin, Directora de la Revista de la Construcción. – El sector de la construcción es, sin duda, protagonista en el desarrollo de las civilizaciones y responsable de la creación de todo tipo de infraestructura: viviendas, edificios, transportes, etc.
A su vez, ha sido y sigue siendo uno de los principales actores en el proceso de alteración y contaminación del planeta por ser gran consumidor de recursos y generador de residuos. En este ámbito, si existe un sector con un amplio potencial de reducir sus impactos negativos, este es también el nuestro.
Hoy en día, entendemos por construcción sostenible el empleo de técnicas, procesos y materiales que buscan conseguir edificios eficientes y respetuosos con el medio ambiente y con su entorno inmediato. En otras palabras, la sostenibilidad en la construcción es una forma de planificar y gestionar basada en la reutilización de los recursos materiales y el empleo de energías renovables para reducir al máximo el impacto ambiental.
Construir de forma sostenible es un proceso que abarca desde los materiales de construcción, el proceso constructivo, el entorno urbano, etc., hasta la fase de demolición y la gestión de residuos. Una aproximación a esta conciencia de cambio puede empezar con la elección de los materiales que usemos. Existen numerosos materiales sostenibles, pero para la construcción sostenible, los procesos empleados para su obtención y colocación también deberían serlo.
Esta aproximación tan sencilla a la ecología y al medioambiente como lo es la elección de los materiales que usaremos, persigue la reducción de materiales no reutilizables en favor de los reciclables para contribuir al objetivo de la economía circular. De este modo, empezamos con la reducción de emisiones de carbono y garantizamos un mínimo impacto.