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Entrevista a Rosa Prat, directora de Firhàbitat, la feria de la bioconstrucción y eficiencia energética de Catalunya

    “Rehabilitar, conceptualmente, es mucho más sostenible que construir obra nueva, por lo qué debe ser una apuesta clara de las políticas a tal efecto”

    Nacida en Avià, comarca del Berguedà, ya desde pequeña le apasionaba el mundo de la construcción. A sus 22 años se incorporó en la empresa familiar, habiendo cursado estudios de delineación de edificios y obras, para dos años más tarde montar la inmobiliaria que complementaría la actividad de la constructora.

    Aún teniendo tres hijos y con la dificultad de conciliación que esto supuso, siguió formándose como API, en dirección de empresas y cursando un postgrado de biohabitabilidad y salud en el hábitat para dar un nuevo sentido a la empresa familiar, orientándola hacia la bioconstrucción. Esta misma motivación es la que la llevó a ser una de las personas impulsoras, actualmente directora, de Firhàbitat, la feria de la bioconstrucción y la eficiencia energética de Cataluña, que organizan desde la Asociación Comarcal de Empresarios del Berguedà (ACEB) de la cual también forma parte.

    ¿Por dónde crees, Rosa, que pasa el futuro de la construcción y de la edificación en España?

    La construcción és un sector muy amplio con muchas vertientes, pero creo firmemente que siendo una actividad con unas emisiones de CO2 altísimas, tanto en el proceso de construcción como en la vida útil del edificio, debemos mejorar nuestras formas de actuar para contribuir a mitigar el cambio climático y crear viviendas sostenibles y eficientes para contribuir también al ahorro energético. Espero pues que la construcción ecológica y eficiente sea la alternativa que ayude a conseguir un mundo un poquito mejor.

    ¿En qué consiste la Bioconstrucción y a qué se debe su auge tan vertiginoso en estos últimos meses? 

    La bioconstrucción consiste en diseñar y construir casas para la vida, es decir, para vivir en ellas con salud y al mismo tiempo contribuir a mejorar la salud del planeta, ahorrando energía y utilizando materiales de proximidad, naturales y sostenibles. Su auge en los últimos tiempos viene de una mayor consciencia de las personas con el entorno, pero también del interés en conseguir un alto grado de autonomía energética y el ahorro que esto puede suponer en nuestros hogares.

    ¿Cómo está el sector de la rehabilitación y de la reforma en Catalunya?

    Se notó un incremento de peticiones de presupuestos de rehabilitación coincidiendo con el final del confinamiento provocado por la Covid-19, supongo que todos estuvimos más en casa y tuvimos tiempo de pensar en las mejoras que esta podía necesitar. En nuestra zona también notamos un repunte en la demanda de personas que quieren hacer un cambio de vida radical (en parte relacionado con el teletrabajo) de la ciudad a zonas rurales con mucho más contacto con la naturaleza, y han optado por comprar viviendas vacías en pueblos pequeños y reformarlas, o incluso han hecho de su segunda residencia la primera, reformandola a tal efecto.

    Qué nos puedes decir acerca de la rehabilitación en Catalunya y su potencial.

    Rehabilitar, conceptualmente, es mucho más sostenible que construir obra nueva, por lo qué debe ser una apuesta clara de las políticas a tal efecto. Tenemos un parque de viviendas con un margen de mejora muy grande a nivel de rehabilitación en general, y aún más en rehabilitación energética, donde se pueden conseguir mejoras sustanciales y tangibles.

    ¿En términos generales, qué ha supuesto la llegada de los fondos europeos de recuperación para el sector de la rehabilitación?

    De momento, ha supuesto un interés de las administraciones y los particulares para pensar proyectos que mejoren la eficiencia energética de los edificios. Interés que irá materializándose y esperemos que sea la ayuda necesaria para mejorar este parque de viviendas envejecido y poco eficiente, con la aplicación de aislamientos (especialmente tipo SATE), ventanas y sistemas de calefacción que aporten confort y ahorro a partes iguales.

    ¿Cuáles son los últimos materiales y/o técnicas que más te han sorprendido?

    Uno de los materiales más sorprendentes y versátiles que estamos utilizando en la construcción ecológica es el cáñamo. Hemos tenido la oportunidad de hacer varios encargos de casas con estructura de madera y paredes encofradas hechas de cáñamo, cal y agua siendo una solucion ecológica con espectaculares resultados a nivel energético. En aislamiento tenemos tambien otros materiales interesantes que también utilizamos como pueden ser el algodón reciclado, el corcho, las fibras de madera, etc.

    Bioconstrucción, construcción sostenible, construcción ecológica. ¿Similitudes y diferencias? 

    Es más fácil explicar la similitud que las diferencias. A ver si puedo explicarlo de forma breve… Para mi, la principal similitud es el respeto hacia el medio ambiente y a la personas usuarias de estas construcciones, factor común en todos los casos. En cuanto a las diferencias, diría que la bioconstrucción aporta un plus de enfoque a la salud de los usuarios de una vivienda o lugar de trabajo desde todos los ámbitos posibles.

    La construcción ecológica sería la que pone el enfoque en los materiales naturales y las técnicas o procesos de construcción responsables con el medio ambiente, ocupando los recursos de manera eficiente durante todo el tiempo de vida de una construcción. Finalmente la construcción sostenible será toda aquella que priorice el ahorro energético evitando al máximo las emisiones de CO2 y para añadir todavía otros conceptos relacionados, tendríamos la construcción bioclimática que es la que tiene en cuenta, para ser eficiente energéticamente, los factores climáticos del entorno, llegando a conseguir casas pasivas, con un consumo energético muy bajo o casi nulo. 

    ¿Se puede vivir tranquilamente viendo cómo gestionamos los recursos que nos ofrece el planeta?

    En mi caso, rotundamente no, aunque por desgracia habrá muchas personas que todavía no se dan cuenta de lo mal que estamos haciendo las cosas  y de lo tarde que vamos para revertir los efectos negativos del cambio climático que ya estamos empezando a sufrir. 

    Quiero pensar que es por desconocimiento o falta de conciencia de lo que podemos aportar cada uno de nosotros para contribuir al cambio. Si todos intentamos hacerlo mejor en nuestros hábitos diarios, si desde nuestro pequeño lugar en el mundo aportamos un granito de arena, podríamos conseguir un cambio real. También es verdad, y cabe remarcarlo, que es imprescindible que este cambio sea transversal y en todos los estamentos de nuestra sociedad, desde la empresa más grande hasta el hogar más pequeño, con la ayuda de la administración siempre. 

    ¿Podrías hablarnos un poco de los últimos proyectos de bioconstrucción que habéis emprendido y ejecutado desde Clau21?

    A lo largo de los casi 15 años de trayectoria de Clau21 Bioconstrucció, hemos tenido la suerte de poder construir viviendas de distintas tipologías, utilizando tierra comprimida, cáñamo, estructuras de madera, algodón reciclado, fibras de madera, celulosa, lana de oveja, paja y corcho, entre otros.

    Hemos construido casas pasivas en varias poblaciones de Cataluña y actualmente estamos rehabilitando dos masías en el área metropolitana de Barcelona con dos proyectos motivadores de cooperativas de viviendas intergeneracionales con 9 y 11 unidades de convivencia respectivamente. Proyectos que nacen de la consciencia de mejorar nuestro entorno, ya sea nuestro pequeño hogar/vivienda o nuestro gran hogar/planeta, entendiendo que formamos parte de un todo que tenemos la obligación de respetar y cuidar.

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