Año nuevo, vida nueva, eso dice nuestro dicho popular. Y no falta razón. Con el inicio de nuevos ciclos se abren nuevas oportunidades ante nosotros y también ante nuestro sector. Y la verdad es que el sector de la construcción va avanzando con paso firme en sus objetivos.
En el anterior editorial hablaba de las tendencias que se vislumbraban en la construcción para este 2022: aumento del verde y de lo digital. Sin embargo, hay mucho más por conseguir como, por ejemplo, romper las barreras de entrada al sector por parte de los más jóvenes para seguir la evolución generacional.
“Los jóvenes tienen un conocimiento sobre esta actividad muy superficial y basado en estereotipos”, concluía un estudio titulado La población joven y el sector de la construcción publicado por el Observatorio Industrial de la Construcción.
Si profundizamos y desglosamos esta idea, podemos deducir dos aspectos clave a los que habría que otorgar cierto protagonismo y trabajar. En primer lugar, plantearnos qué percepción tienen los más jóvenes acerca del sector. En base a las conclusiones de algunos estudios, la imagen no es lo suficientemente jugosa como para atraer el interés de los más jóvenes. Definir construcción acompañada de calificativos como dureza, poca flexibilidad, condiciones duras o poca seguridad, no es un argumento que seduzca mucho, la verdad.
Por otra parte, está el desconocimiento general de la actividad. La parte buena de este desconocimiento es que se vence con información y formación, dos herramientas clave para derribar los mitos y los estereotipos que giran en torno a nuestro sector.
Entonces, indaguemos en estos dos aspectos y permitamos avanzar en el objetivo de atraer talento joven y nuevos profesionales. Impulsemos nuevas oportunidades laborales y pongamos el foco en las tecnologías y en la innovación. Ofrezcamos, pues, prestaciones más competitivas, brindemos mejores recursos de trabajo y apostemos por la capacitación.