Por Simon HUFFETEAU – Vice-Presidente de Estrategia del sector de Infraestructuras y Ciudades de Dassault Systèmes.
A lo largo de la última década, el sector de la construcción ha asumido la necesidad de realizar cambios significativos. La mayoría de actores involucrados han tomado medidas para mejorar la eficiencia, aprendiendo de industrias como la manufacturera y adoptando estrategias de diseño digital, construcción fuera de las instalaciones y prefabricación. Sin embargo, existen diferencias notables entre la fabricación industrializada de gran volumen y producción en masa y los proyectos de construcción únicos, hiperpersonalizados y a gran escala. Estas diferencias demuestran la necesidad de un enfoque totalmente nuevo para la entrega de la construcción.
Una mirada al pasado: qué nos enseñó la Revolución Industrial
Hasta la Revolución Industrial, la artesanía era la única solución para crear bienes, incluidos los edificios. Cada producto se elaboraba a mano y la calidad variaba entre los bienes producidos.
De la producción en masa a la construcción personalizada
Siempre se ha pensado que el sector de la construcción ha tardado en aumentar su productividad. De hecho, según un estudio de la consultora Mckinsey, el crecimiento de la productividad en la construcción ha sido de una media del 1% anual en las dos últimas décadas, frente al 3,6% de la industria manufacturera. Y, para ser justos, las necesidades del mundo de la construcción se oponen directamente a la estandarización que ha impulsado el aumento masivo de la productividad en la fabricación.
Un proceso de fabricación de automóviles puede exigir una inversión de 1.000 millones de euros en equipos y procesos, que se recupera con un alto volumen de productos estandarizados. Estos procesos también aprovecharían la contribución de hasta 3.500 proveedores. Mediante el uso de un gemelo digital, la fábrica podría producir entre 30 y 50 vehículos cada hora.
Los actores del sector de la construcción, que se esfuerzan por imitar la eficiencia de la fabricación, han reconocido desde hace tiempo los inconvenientes de la producción en masa. El sector de la construcción funciona proyecto por proyecto dentro de un ecosistema fragmentado y localizado. Cada proyecto se enfrenta a limitaciones únicas del emplazamiento y se personaliza para satisfacer las demandas específicas del propietario. Cada proyecto está ejecutado por un equipo de profesionales que pueden trabajar juntos por primera vez.
Hasta la fecha, la tecnología no ha abordado las realidades de la fragmentación, la localización y la necesidad de una producción personalizada en la construcción. Sin embargo, los objetivos de sostenibilidad, la complejidad de los proyectos y los avances tecnológicos están abriendo la puerta a la innovación y la transformación. Aunque el sector de la construcción puede aprender de las eficiencias de la fabricación de grandes volúmenes, sus desafíos únicos exigen un enfoque diferente para lograr la creatividad y la escalabilidad.
La instauración de procesos más científico para el diseño civil y la construcción requieren análisis minuciosos de las prácticas tradicionales del sector y un replanteamiento de las suposiciones que se hacen acerca de la colaboración, la ejecución y la información.
La aparición de prácticas innovadoras, como la prefabricación, el modelado en 4D y las herramientas de gestión de proyectos en tiempo real, está ayudando a los equipos a construir bien y a la primera. A través de la implantación de plataformas virtuales, el sector de la construcción podrá adaptarse a las necesidades cambiantes de los constructores y proveedores, cubrir los objetivos de sostenibilidad y obtener un mayor ahorro de tiempo y costes.