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Aislar para vivir mejor: el SATE como respuesta a la pobreza energética

Pobreza_energética

La pobreza energética se da cuando un hogar no puede cubrir sus necesidades básicas de energía —como calefacción, agua caliente, refrigeración o iluminación— sin comprometer otros gastos esenciales. Este problema surge de la combinación de bajos ingresos, precios elevados de la energía y viviendas poco eficientes térmicamente. Según la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética (ENPE 2019-2024), más de 3,5 millones de personas en España viven en esta situación. Para medirla, se consideran indicadores como el gasto energético desproporcionado, el consumo reducido por ahorro forzoso, la imposibilidad de mantener la temperatura adecuada y los retrasos en el pago de facturas.

La pobreza energética no solo implica pasar frío o calor: afecta la salud, la dignidad y la igualdad de oportunidades. Las viviendas con mal aislamiento acumulan humedad, generan problemas respiratorios y aumentan el malestar térmico. En España, gran parte del parque residencial se construyó antes de las normativas de eficiencia energética, por lo que entre el 70 % y el 80 % de los edificios podrían necesitar mejoras en aislamiento. Las familias con bajos ingresos, las personas mayores y los hogares monoparentales son los colectivos más vulnerables, especialmente en zonas con climas extremos.

El Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior (SATE) surge como una solución eficaz. Consiste en aplicar paneles aislantes en la envolvente del edificio, protegidos por morteros y acabados que mejoran tanto la eficiencia como la estética. SATE permite ahorrar entre el 30 % y el 60 % de energía, reduce emisiones de CO₂, elimina humedades y puentes térmicos, y se puede instalar sin desalojar a los residentes. Además, las ayudas públicas y los fondos europeos permiten amortizar la inversión rápidamente.

Abordar la pobreza energética requiere políticas sociales y rehabilitación energética. Sistemas como SATE no solo reducen costes, sino que mejoran la salud y el confort de las viviendas, contribuyendo a un modelo de vivienda más sostenible y justo. Aislar con SATE es proteger del frío, del calor y de la pobreza energética.

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